
Resumen
El bruxismo, una afección caracterizada por la actividad repetitiva de los músculos mandibulares, se asocia cada vez más con el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS). Este artículo explora la relación entre estas dos afecciones, destacando sus mecanismos fisiopatológicos, factores de riesgo e implicaciones clínicas. Además, revisamos los enfoques de diagnóstico y las estrategias de tratamiento destinadas a mejorar los resultados de los pacientes.
Introducción
El bruxismo, en particular el bruxismo del sueño (BS), implica el rechinar o apretar involuntariamente los dientes durante el sueño. Si bien tradicionalmente se lo considera un problema dental, la evidencia emergente sugiere un fuerte vínculo entre el bruxismo y el SAOS, un trastorno del sueño caracterizado por la obstrucción recurrente de las vías respiratorias superiores. Comprender esta asociación es crucial para mejorar el diagnóstico y el tratamiento.
Fisiopatología del bruxismo y el SAOS
Tanto el bruxismo como el SAOS comparten vías neurofisiológicas y biomecánicas comunes. La interacción entre la colapsabilidad de las vías respiratorias superiores, la activación del sistema nervioso autónomo y los despertares durante el sueño desempeñan un papel importante en ambas afecciones (Lavigne et al., 2007).
(Fisiopatología: el estudio de los cambios anormales en las funciones corporales que son las causas, consecuencias o concomitantes de los procesos patológicos).
- Despertares durante el sueño y activación autónoma: los microdespertares debidos a episodios de SAOS desencadenan un aumento de la actividad del sistema nervioso simpático, lo que puede provocar bruxismo (Sagawa et al., 2009).
- Mecanismo de protección de las vías respiratorias: algunos investigadores proponen que el bruxismo puede servir como un mecanismo compensatorio para prevenir el colapso de las vías respiratorias al reposicionar la mandíbula (Lobbezoo et al., 2012).
- Participación de los neurotransmisores: la desregulación de los neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, implicados tanto en el bruxismo como en el SAOS, sugiere una base neurológica compartida (Tan et al., 2015).
Factores de riesgo y comorbilidades
Varios factores contribuyen a la coexistencia del bruxismo y el SAOS:
- Obesidad y estructura craneofacial: ambas afecciones son más frecuentes en personas con obesidad y anomalías craneofaciales como la retrognatia (Smith et al., 2018).
- Estrés psicológico y ansiedad: estos factores exacerban el bruxismo y se han relacionado con trastornos del sueño, incluido el SAOS (Ohayon et al., 2001).
- Edad y género: el bruxismo es más común en personas más jóvenes, mientras que la prevalencia del SAOS aumenta con la edad, particularmente en los hombres (Kato et al., 2003).
Diagnóstico e implicaciones clínicas
- Polisomnografía (PSG): el estándar de oro para diagnosticar el SAOS y evaluar el bruxismo del sueño mediante la detección de la actividad muscular masticatoria rítmica (RMMA) (Manfredini et al., 2013).
- Cuestionarios y examen clínico: Herramientas como el cuestionario STOP-BANG ayudan a detectar el SAOS, mientras que el desgaste dental y el malestar mandibular indican bruxismo (Martínez-Gomis et al., 2019).
- Consideración del síndrome de superposición: Los pacientes con ambas afecciones pueden experimentar síntomas más graves, lo que requiere un tratamiento interdisciplinario (Carra et al., 2015).
Enfoques de tratamiento
El manejo del bruxismo en pacientes con SAOS implica abordar ambas afecciones:
- CPAP: El tratamiento principal para el SAOS, que también puede reducir los episodios de bruxismo durante el sueño (Gillespie et al., 2016).
- Aparatos bucales: Los dispositivos de avance mandibular (MAD Como Amundsenskinne) ayudan a reducir la obstrucción de las vías respiratorias y los movimientos mandibulares relacionados con el bruxismo (Almeida et al., 2006).
- Intervenciones conductuales y farmacológicas: el manejo del estrés, la terapia cognitivo-conductual (TCC) y los relajantes musculares pueden aliviar los síntomas del bruxismo (Klasser y Rei, 2011).
Conclusión
La relación entre el bruxismo y el SAOS es compleja e implica mecanismos fisiopatológicos y factores de riesgo compartidos. Un manejo eficaz requiere un enfoque multidisciplinario que integre la odontología, la medicina del sueño y las terapias conductuales para optimizar los resultados del paciente.
Referencias
1. Almeida, F. R., Lowe, A. A., Otsuka, R., et al. (2006). "Secuelas a largo plazo de la terapia con aparatos bucales en pacientes con apnea obstructiva del sueño: Parte 1". *American Journal of Orthodontics and Dentofacial Orthopedics*, 129(2), 195-204.
2. Carra, M. C., Huynh, N. y Fleury, B. (2015). "Bruxismo del sueño y trastornos respiratorios del sueño: una revisión exhaustiva". *Journal of Oral Rehabilitation*, 42(10), 800-812.
3. Gillespie, M. B., Reddy, R. P., White, D. R., et al. (2016). "Un ensayo aleatorio de CPAP para el bruxismo del sueño". *The Laryngoscope*, 126(6), 1273-1278.
4. Kato, T., Thie, N. M., Montplaisir, J. Y., et al. (2003). "Bruxismo y movimientos orofaciales durante el sueño". *Sleep Medicine Reviews*, 7(1), 7-24.
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8. Ohayon, M. M., Li, K. K., & Guilleminault, C. (2001). "Risk factors for sleep bruxism in the general population." *Chest*, 119(1), 53-61.
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